Sabias que?
EL querer ser más bellos y elegantes no es un hecho actual, es un fenómeno consustancial al género humano. En la actualidad hay una inmensa oferta, por lo que gozamos de gran libertad para escoger nuestra manera llevar la ropa, pero hace no tanto tiempo la indumentaria era una cuestión de gran relevancia y las personas estaban sujetas a distintos modos de vestir según su clase social.
La cuna de la moda occidental es Francia. Nuestro país vecino está a la cabeza de la moda desde el siglo XVII, y más concretamente desde el reinado de Luis XIV (1638-1715). El rey Sol fue abanderado de grandes creaciones artísticas. A través de su labor de mecenazgo puso las artes a su servicio, utilizándolas como propaganda de su inmenso poder. La Corte de Versalles irradiaba sus gustos al resto del continente, y con ellos la manera de vestir. Por primera vez se produce una internacionalización de la moda, Europa comienza a vestir "a la francesa". Las responsables, en parte, de este fenómeno fueron sus damas, abanderadas de un profundo cambio de mentalidad, ya que comenzaron a tener un lugar destacado y activo en la sociedad. Sus gustos influyeron directamente en nuevas formas de indumentaria y mobiliario. Hasta el siglo XIX la sociedad era jerarquizada y estamental, la vestimenta diferenciaba el estatus social de las personas, por lo que una dama o un caballero eran considerados como tales por su atuendo. Desde tiempos remotos la moda nos proporciona elementos para potenciar nuestras cualidades o para disimular nuestras imperfecciones físicas; un ejemplo de ello es el rey Luis XIII (1601-1643), que debido a su alopecia prematura puso de moda en la corte el uso de pelucas; los postizos eran pesados debido a su considerable tamaño y se fabricaban a base de pelo natural, de cabra o con crines de caballo. Debido al mismo motivo, su hijo Luis XIV también la adoptó a los 35 años. Como podemos observar en los retratos de la época, los caballeros lucían una peluca alta con largos cabellos rizados y peinada con la raya en medio. Para cubrir la cabeza se adoptó el sombrero de tres picos, normalmente de color negro.El origen del traje de caballero que se usa en la actualidad tiene sus antecedentes en el reinado de éste último y consistía fundamentalmente en tres piezas: casaca, chupa, calzones. La casaca tenía mangas anchas con amplias vueltas y llegaba hasta las rodillas. La chupa era un chaleco hasta las caderas cuajado de botones de arriba abajo. Los calzones llegaban hasta debajo de las rodillas, por lo que las medias masculinas, que solían ser de seda, tenían mucho protagonismo. Estas tres prendas fueron evolucionando llegando a convertirse en chaqueta, chaleco y pantalones. Debajo de la chupa el hombre usaba camisa siempre blanca, este color era signo de limpieza.
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