cuando te hacen la pregunta: qué es más importante, tu desarrollo profesional o la imagen personal? Quizá por el llamado "qué dirán" y por no parecer banal o superficial, más de uno establece casi inmediatamente que lo más importante es el desarrollo laboral y que ocuparse en la imagen es secundario.
Sin embargo, la imagen es un reflejo y conducta de las personas y ambas facetas deben empatarse y lograr un equilibrio armónico, señalan especialistas.
"Estamos en un mundo dominado por la imagen y la manera de vestirse, según el lugar y el contexto, es la primera carta de presentación que muestras hacia los demás", dice Verónica Roaro, especialista en Etiqueta y Protocolo.
Ya lo dijo incluso Nicolás Maquiavelo en El Príncipe, quien sin ser propiamente un experto en imagen pública escribió que "un príncipe cae en el menosprecio cuando pasa por variable, ligero, pusilánime, irresoluto. Ponga, pues, sumo cuidado en preservarse de una semejante reputación como de un escollo, e ingéniese para que en sus acciones se advierta grandeza, valor, gravedad y fortaleza.
"Es tan importante el desarrollo profesional sin descuidar la imagen porque finalmente eres como un producto a la venta", indica Martha Aida Cantú, consultora en imagen.
Ejemplifica la especialista del Colegio de Imagen Pública que tambiénun producto puede tener un excelente empaque y cuando lo pruebas te desencanta, entonces supone un fraude; así pasa con los profesionistas, si no acompañas la imagen con el conocimiento y habilidades, la persona es un fraude, aunque luzca muy adecuada.
Agrega que no es cuestión de banalidad ni de moda: "No hablamos de usar una marca Hugo Boss o Ermenegildo Zegna, o alguna marca de loción o corbata", dice Cantú al destacar que los códigos del vestir son un sistema de comunicación.
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